¿Alguna vez has explicado una anécdota a tus amigos, compañeros de trabajo, conocidos o familiares has exagerado tu historia para que parezca más emocionante? No te preocupes porque en general, casi todos solemos mejorar las historias, especialmente cuando en realidad son aburridas o carecen de emoción.
Tras una serie de investigaciones, un grupo de científicos del Instituto de Neurociencia y Psicología de la Universidad de Glasgow llegaron a una conclusión. Se percataron que cuando los participantes se enfrentaban a una historia monótona o aburrida, sus mentes las reescribían para mejorarlas y hacerlas más interesantes. Pero, ¿por qué lo hacemos? ¿qué se esconde detrás de nuestro inconsciente cuando nos comportamos de este modo?
Todos necesitamos que nos escuchen
El hecho de ser escuchado juega un papel fundamental en nuestra sociedad desde que somos pequeños. Cuando se nos escucha, fortalecemos nuestras relaciones sociales y establecemos vínculos más estrechos con las personas que nos rodean.
Además, nuestra sociedad actual se caracteriza por una falta de reconocimiento y atención. Esta es tan significativa que el miedo a ser rechazado o a no ser reconocido es algo a lo que inconscientemente, todos nos enfrentamos. Existen situaciones cada vez más habituales. Empleados no se sienten reconocidos en su trabajo. Hijos que sufren desatención por parte de sus padres o abuelos a los que ya nadie hace caso cuando opinan sobre un tema determinado.
Por este motivo, haremos todo lo que esté en nuestras manos con el fin de captar la atención de nuestros interlocutores y de este modo, obtener un reconocimiento social. Cuando contamos una historia o una anécdota y conseguimos captar la atención de las personas que nos están escuchando, nos estamos convirtiendo en protagonistas de un momento concreto y consecuentemente, aumenta nuestra autoestima.
Sin embargo, existen personas que por muy entretenida que sea su anécdota, nos aburren siempre que cuentan una historia. ¿A qué se debe esta diferencia? ¿Por qué nos gusta escuchar historias, cuyo contenido es poco relevante y en cambio, nos aburren otras que en realidad son interesantes?
Cosas que hacen que una historia nos parezca aburrida
Más allá del propio contenido de una historia, lo que la hace realmente entretenida es la actitud del narrador. Es obvio que es importante lo que se está explicando, pero también la forma en la que se cuenta una historia, juega un papel fundamental a la hora de entretener al público. Por este motivo, cuando explicamos algo, debemos evitar:
- Ser negativos: cuando nos mostramos quejicas y negativos, sobre todo, ante nuestros propios problemas, podemos llegar a aburrir tremendamente a nuestros oyentes.
- Ser poco afectivos: por muy interesante que sea nuestro discurso no llegará al público sino tenemos un poco de empatía. Si nos mostramos distantes, tenemos poco contacto visual con nuestro público, hablamos de forma monótona, no mostramos entusiasmo y somos poco expresivos, nuestra historia fracasará.
- Ser demasiado serios: si bien es cierto que la seriedad puede ser una cualidad beneficiosa. En algunos ámbitos, por ejemplo en el laboral puede funcionar. Pero a la hora de contar una historia es una de las características que hacen que sea aburrida. Por tanto, debemos evitar a toda costa ser excesivamente serios, sonreír y mostrar empatía son dos actitudes que eludirán nuestra seriedad.
- Distraernos de forma frecuente: cuando interrumpimos la historia con alguna anécdota que no aporta un contenido de calidad, nos hacemos aburridos y además, logramos el efecto contrario, ya que si estas interrupciones las hacemos muy a menudo, las personas que nos escuchan, van a dejar de hacerlo.
- Ser banales: explicar cosas superficiales y triviales y ser muy repetitivos es otra de las cosas que hay que evitar si queremos mantener la atención de nuestros oyentes.
- Hablar con lentitud: cuando nos excedemos en pausas, hacemos que el ritmo de la historia que estamos contando sea demasiado lento.
- Hablar sólo de nosotros mismos: a no ser que la historia que contemos sea muy interesante, si hablamos únicamente de nosotros, aburriremos a nuestro público.
- Ser lo que no eres: no intentes ser gracioso si no lo eres, ni tampoco agradable si no es algo que te caracteriza. Hay pocas cosas tan aburridas como alguien que intenta ser algo que no es.
Las claves del éxito de una historia
Hay una serie de elementos que harán que tu historia tenga el éxito asegurado.
- Cautivar: tu historia debe enganchar desde el principio, si no logras captar la atención inicial de las personas que van a escucharte, muy probablemente perderán el hilo y ya no te prestarán atención. Los primeros segundos son clave.
- Emocionar: no importa qué tipo de emoción suscite tu historia, puede ser triste o alegre, pero debe calar a tu público.
- Conflictos: cuando contamos algo, es necesario que en algún momento de la narración, haya un momento de incertidumbre o dificultad para captar la atención de nuestros oyentes.
- Transparencia y claridad: debemos ser precisos, sin irnos por las ramas. A menos que los pequeños detalles sean imprescindibles o den sentido a la historia, es mejor evitarlos.
Si quieres profundizar más sobre este tema, existen muchos libros que pueden guiarte a la hora de hablar en público, como por ejemplo, Método Bravo: La herramienta definitiva (y divertida) para hablar en público de forma brillante en 5 sencillos pasos.
Si te ha gustado el artículo «Casi todos solemos mejorar las historias aburridas», no te pierdas «Si quieres conseguir tus metas no hables tanto de ellas».