Charlie Rivel ganó a Charlot. Así, es, Josep Andreu i Lasserre, más conocido por su nombre artístico Charlie Rivel, ganó a Charlie Chaplin en un concurso de imitadores de Charlot. A continuación te explicamos su historia.
¿Quién era Charlie Rivel?
Fue un payaso y maestro del mimo español.
Hijo de una familia dedicada al circo, nació en 1986 en Cubellas, Barcelona, de forma accidental. Ya que en una de las giras de sus padres tuvieron que interrumpir su actuación callejera.
Su carrera profesional empezó cuando tenía tan solo dos años, actuando con su familia. Hasta que, por distintas desavenencias, en 1935 emprendió su camino en solitario.
A partir de entonces logró darse a conocer a nivel mundial y convertirse en uno de los mejores payasos del mundo.
Trabajó para Hitler
Fue en esta época, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando trabajó para el Tercer Reich haciendo amistad con Adolf Hitler y Joseph Goebbels.
Tuvo muchas dificultades para salir de Alemania al finalizar la guerra, pero logró refugiarse en Suecia y consiguió ayuda del gobierno de Franco, que le proporcionó el pasaporte para regresar a España.
En 1954, se convirtió en una de las mayores estrellas del Circo Price.
Por lo visto, el nombre de Charlie Rivel lo escogió en homenaje a Charlie Chaplin.
Concurso de imitadores de Charlot
Se cuenta que ganó un concurso de imitadores de Charlot, a pesar de que el propio Charles Chaplin participaba en él de incógnito.
Dicen que logró el tercer puesto y al finalizar el concurso, Chaplin se acercó a Rivel y le dijo: “¿Es usted quien me imita a mí, o soy yo quién le imita a usted?”.
Así que moralmente ¡Charlie Rivel ganó al propio Charlot!.
Estuvo casado con Carmen Busto Rinke (hija del payaso Gregorio Busto), con la que tuvo 4 hijos: Paulina, Juanito, Charlie y Valentino.
Se dice que a Paulina no la incluyó en el testamento, ya que no tenía una buena relación con ella. Por lo visto, Rivel era un hombre machista y despreciaba a las mujeres.
Diez años después de la muerte de su mujer, se casó por segunda vez con Margarita Camas Reig.
Otra de las anécdotas curiosas de Rivel es que un día, en el circo, cuando aún no había empezado a actuar, un niño pequeño se echó a llorar exasperadamente, probablemente porque sería la primera vez en su vida que veía un payaso.
Como el publico estaba más pendiente de los llantos del niño que de Charlie Rivel, éste se acercó a él para acariciarlo y calmarlo pero sin obtener éxito.
Al ver que sus lágrimas no cesaban, Rivel se pusó a llorar también y curiosamente, el niño, al ver que el payaso tenía sentimientos y expresaba sus emociones, dejó de llorar sacándose el chupete de la boca y poniéndoselo a él.
Este chupete se encuentra en el Museo Charlie Rivel de Cubelles.
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