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Expulsamos el 50 por ciento de agua al respirar

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De nuestra respiración se encarga nuestro aparato respiratorio, y es un proceso que hacemos sin pensar. Inspiramos y espiramos o. exhalamos, y así constantemente. Si lo dejásemos de hacer, moriríamos. Con la inspiración introducimos oxígeno (O) en nuestro organismo y con la exhalación expulsamos dióxido de carbono (CO2). Hasta aquí más o menos todo el mundo lo tiene claro. Pero seguramente no sabías que expulsamos el 50 por ciento de agua al respirar.

La respiración humana

La respiración humana es una respiración de tipo pulmonar como ocurre en la mayor parte de los animales vertebrados terrestres. Es decir, consta de un aparato respiratorio de tipo pulmonar que está formado por orificios respiratorios que comunican el exterior con los pulmones.

Estos pulmones contienen un conjunto de alveolos rodeados de capilares sanguíneos. Gracias a este aparato respiratorio se consigue traer el aire exterior hasta los alveolos pulmonares. Aquí es donde se produce el intercambio de gases con la sangre.

La respiración humana consta de los siguientes procesos:

Agua en la exhalación

Como hemos visto, el aire que exhalamos viene del intercambio con nuestras células y no contiene sólo CO2, sino que también contiene vapor de agua. Pero, ¿de dónde sale esta agua?.

La sangre transporta otros materiales además de oxígeno hacia nuestras células. A estas células también viajan carbohidratos, o sea unas moléculas que tienen cadenas de carbono e hidrógeno, que sirven como nutriente para las células. Estos carbohidratos los ingerimos a través de los alimentos cuando comemos.

Las células van quemando estos carbohidratos para obtener energía. Estos carbohidratos al quemarse (algo similar a prenderle fuego a un papel) van tomando los carbonos y al oxidarse desprenden energía, la cual utiliza el organismo para lo que necesite.

El dióxido de carbono o CO2 es una de las moléculas que quedan de esta reacción en la célula. Los hidratos (los hidrógenos) también son quemados en este proceso. Pero estos hidrógenos se convierten en agua.

Y cuando las células hacen el intercambio con los glóbulos rojos recogiendo el oxígeno nuevo, estas les traspasan los residuos de su combustión. Así que el CO2 y el agua resultantes viajan otra vez pegadas a un glóbulo rojo que se los lleva otra vez a los pulmones, donde se exhalan.

Volumen de los pulmones

Con ellos estamos respirando constantemente unos 5-6 litros de aire por minuto.

De media una persona respira 15 veces por minuto y en cada inspiración entran 500 centímetros cúbicos (cc) de aire a los pulmones. Es decir, que de media inspiramos medio litro de aire. Y en cada espiración sale la misma cantidad que entró.

Si hacemos unos cálculos rápidos: 1 minuto x 15 veces x 0,5 litros = 7.5 litros por minuto.

Estamos contemplando una respiración normal, sin esfuerzo, ya que cuando hacemos deporte inhalamos mucho más, es posible respirar hasta 100 litros de aire por minuto.

De los 7,5 litros de aire por minuto, se transfiere alrededor del 30% de cada litro de oxígeno desde los alvéolos hasta la sangre. Es decir 2,25 litros de oxígeno. Al mismo tiempo, un volumen similar de dióxido de carbono pasa de la sangre a los alvéolos y es exhalado.

Composición del aire inhalado y exhalado

Elementos Aire inhalado Aire exhalado
Nitrógeno 78,00 % 75,00 %
Oxígeno 21,00 % 14,00 %
Argón y helio 0,92 %
Dióxido de carbono 0,04 % 5 %
Vapor de agua 0,04 % 6 %

Como vemos en la tabla, la proporción de vapor de agua es mayor que la de dióxido de carbono. Así que realmente más de la mitad de lo que expulsamos es agua.

Es un dato curioso que la mayoría de la gente desconoce. Ya que siempre nos dicen que expulsamos CO2. Y no es así, también expulsamos otras cosas.

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