Como sacado de una película de la factoría Disney o de uno de los cuentos de «las mil y una noches«, el Taj Mahal parece un palacio de fantasía en un mundo irreal. Y por si fuera poco, la historia de amor del Taj Mahal qué llevó a su construcción parece escrita por los mismísimos hermanos Grimm. La amada esposa de un príncipe del lejano Oriente falleció y el príncipe destrozado, después de perder al amor de su vida ordenó la construcción de este imponente palacio para recordarla para siempre.
¿Quién era ese príncipe?
Se trata del príncipe Khurram, nacido el 5 de Enero de 1592 en Lahore (hoy Pakistán) y murió el 22 de Enero de 1666 en Agra (hoy India). Gobernó 30 años como emperador de la india bajo el nombre de Shah Jahan, también conocido como Shahjahan o Shah Jehan, durante los años 1628 – 1658.
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Fue el tercer hijo del emperador mogol Jahāngīr y la princesa Rajput Manmati. Debido a su posición recibió una educación refinada y cultivada. Dicen que estudió una gran cantidad de disciplinas convirtiéndose también en especialista en artes marciales.
Era un apasionado de la arquitectura, hasta tal punto que cuentan que él mismo construyó sus cuarteles en el Fuerte de Kabul y propuso varios arreglos internos en el fuerte de Agra.
Se casó 11 veces, como era costumbre en aquella época y debido a su religión musulmana. Pero sin duda, su tercera esposa, Arjumand Banu Begum, fue su preferida y el amor de su vida. Aunque se casaron en el año 1612, cinco años antes ya se habían conocido, pero tuvieron que esperar debido a la edad de la muchacha.
Se cuenta que, cuando el príncipe conoció Arjumand, en el año 1607, ella tenía tan solo 14 años. A pesar de la edad, el príncipe quedó prendado de la muchacha y se comprometieron de inmediato. La pareja tuvo que esperar cinco años hasta la fecha que fue considerada por los astrólogos de la corte como una fecha que aportaría felicidad al matrimonio.
¿Cómo era la princesa?
Arjumand Banu Begum nació en Agra y era nieta de un noble persa. También era la sobrina de la reina consorte del momento, Nur Jehan, es decir, una de las esposas del padre de su futuro esposo, Shah Jahan.
Arjumand se casó con Shah Jahan cuando tenía 19 años, pero como hemos contado antes se conocían desde hacía 5 años, y ya estaban prometidos.
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Después de casarse, Shah Jahan le concedió el título de «Mumtaz Mahal» que significa, «la Elegida de Palacio» y según cuenta vivieron una apasionada historia de amor. Los cronistas del momento escriben:
…encontrándola con una apariencia y carácter superior a las mujeres de su tiempo», le otorgó el título de «Mumtaz Mahal» Begum (La Elegida de Palacio)
El emperador ya se había casado anteriormente con otra dos esposas, pero se quedó tan prendado de Mumtaz que no mostró ningún interés por las demás y se entregó totalmente a su nueva esposa.
no tenía nada más que el estado de matrimonio. La intimidad, la atención, el afecto y el favor que Su Majestad tuvo para la Cuna de la Excelencia (Mumtaz Mahal) superó en mil veces más de lo que sentía por cualquier otra mujer»
Mótamid Khan, cronista oficial de la corte
Mumtaz Mahal y Shah Jahan tuvieron una relación amorosa muy profunda. Los poetas de la época ensalzaban su belleza, su gracia y su compasión. Ella fue la gran compañera de Shah Jahan, lo acompañó durante sus viajes por todo el Imperio mogol y lo acompañó en todas sus campañas militares. Tal fue la confianza que el emperador tenía en ella que le dio su sello imperial, el Muhr Uzah.
Según cuentan era una mujer adelantada a su tiempo. La emperatriz diseñó su propio jardín junto al río, en Agra, exactamente donde ahora se encuentra el Taj Mahal.
Estuvieron casados diecinueve años, durante los cuales, tuvieron catorce hijos, siete de los cuales fallecieron al nacer o durante la infancia.
Y ocurrió la catástrofe
Durante parto de su decimocuarta hija, en el año 1631, a la edad de 28 años, Mumtaz Mahal falleció. Fue sepultada temporalmente en un jardín amurallado conocido como Zainabad.
El emperador quedó destrozado. Cuentan que se mantuvo alejado de la vida pública durante 1 año y durante ese tiempo vistió de luto. Poco a poco, y ayudado por su hija mayor, el emperador fue superando el luto, dicen que en su reaparición se le había quedado el pelo gris, el rostro arrugado y la espalda encorvada por el dolor sufrido.
La construcción del Taj Mahal
Una vez superado el dolor, el emperador se propuso construir un mausoleo digno de el amor que había vivido con Mumtaz. La palabra Taj proviene del persa y significa «Corona«, mientras que Mahal es una variante corta de «Mumtaz Mahal», como ya hemos comentado anteriormente significa la «Elegida de Palacio». Así que el nombre del monumento parece ser La Corona de Mahal.
Convocó a los mejores constructores y especialistas de la época y ordenó que construyeran el mausoleo con mármol transportado desde canteras a más de 300 kilómetros de Agra.
Para las decoraciones, hizo traer turquesas tibetanas, lapislázuli afgano, zafiros ceilaneses y cornalinas de Arabia. En total, el mármol de la tumba de Mumtaz Mahal quedó incrustado con 28 tipos de piedras semipreciosas y gemas, incluyendo diamantes. Alrededor de veinte mil personas trabajaron en su construcción, la cual concluyó 22 años más tarde, en el 1653.
Según cuenta la leyenda, el emperador quedó tan satisfecho del resultado final, y tan celoso de que ninguna otra mujer pudiese beneficiarse de las habilidades artísticas concentradas por los artífices de la obra para su amada, que mandó amputar los dedos pulgares –y en algunos casos las manos– a los principales trabajadores del Taj Mahal.
Así, pensó que garantizaría que éstos no volverían a repetir una obra de arte de la que sólo era merecedora la bella Mumtaz Mahal.una vez terminada la construcción del mausoleo, el emperador ordenó cegar y amputar las manos de los arquitectos y trabajadores.
Y allí, tras dos décadas de construcción, en el 1648, fue enterrada su amada Mumtaz Mahal que fue trasladada desde su tumba temporal.
Cuando el monarca falleció, en el año 1688, su hijo y heredero Aurangzeb ordenó que fuera sepultado junto a su madre en la sala principal del Taj Mahal, saltándose todas las tradiciones hasta el momento, que dictaban que los emperadores debían tener su propio mausoleo.
Así que los dos amantes reposarán eternamente juntos, cerrando así una de las más bellas historias de amor que existen, la historia de amor del Taj Mahal.
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