El miedo suele ser una sensación desagradable que provoca estrés y tensión. Sin embargo, a algunas personas les encanta. ¿Por qué vemos películas de miedo?
¿Qué es el miedo?
El miedo es una de las emociones más básicas y primarias que existen. El objetivo de experimentar esta sensación es asegurar nuestra supervivencia. Si fuéramos incapaces de sentir miedo ante cualquier situación, moriríamos, ya que nos someteríamos a situaciones de alto riesgo que podría acabar con nuestras vidas. Por este motivo, el miedo juega un papel fundamental en cualquier especie.
El miedo hace que experimentemos una sensación desagradable y pasiva, puesto que nos obliga a huir de un peligro potencial cuando nos sentimos indefensos.
Así pues, el miedo en realidad es algo positivo que nos ayuda a gestionar los diferentes conflictos de nuestra vida. Sin embargo, se convierte en un problema cuando es disfuncional, es decir, cuando experimentamos más miedo del que sufriríamos si realizáramos o tomáramos una decisión determinada.
Entonces, si el miedo sirve para alertarnos de posibles peligros, ¿por qué vemos películas de miedo que en realidad, no nos pueden hacer daño?
¿Por qué nos atraen las películas de miedo?
La mayoría de personas, se sienten atraídas por este género, a pesar de ser conscientes de que pasarán un mal rato. No obstante, otras no logran aguantar ni diez minutos una película de terror. ¿A qué se debe este fenómeno?
El miedo se activa cuando percibimos un peligro real o imaginario. Se trata de una emoción ocasionada por una posible amenaza externa que puede alterar nuestros intereses de orden vital.
Aunque existen muchas tipologías de miedo, el que nos hace sentirnos atraídos por las películas de terror es la que nace del pensamiento. Este miedo se caracteriza porque no guarda ninguna relación con una situación externa, sino que se trata de una construcción mental que hemos creado en nuestra cabeza.
De este modo, este tipo de miedo, siempre que no nos genere un trastorno de ansiedad, es positivo ya que nos permite desarrollar nuevos aprendizajes y eludir dificultades con nuevas respuestas de conducta.
Además, nos ayude a enfrentarnos a nuestros propios miedos, resolver conflictos y encontrar soluciones.
La tensión es adictiva
Normalmente, cuando vemos una película de miedo, mantenemos de forma constante la esperanza de que va a terminar bien y que los «buenos» van a salvarse. A medida que ocurren desgracias durante el film, nos vamos acostumbrando cada vez más a ellas. De este modo, cuando vemos que la historia tiene un final feliz, disfrutamos más de esta expectativa, ya que estábamos predispuestos a que ocurriera lo contrario. Dicho de otro modo, cuanta más tensión vivamos durante las escenas finales de una película de terror, mayor será la recompensa.
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