Todos hemos usado la expresión salvados por la campana alguna vez para referirnos a que nos hemos librado de un mal en el último momento. ¿Pero de dónde procede esta expresión?
Podríamos pensar que viene de la famosa serie americana «Salvados por la campana» (‘Saved by the bell‘) dónde el ligón de«Zack» Morris hacía de las suyas, pero no es tan simple.
Esta frase viene de una solución que existía en los principios de la medicina occidental contra la enfermedad de la catalepsia.
¿Qué es la catalepsia?
La catalepsia es un trastorno del sistema nervioso que presenta síntomas semejantes a los de la muerte. Como rigidez corporal, ausencia de respuesta a estímulos, desaceleración de las funciones corporales como la respiración, la digestión y el latido cardíaco y la persona parece que ha fallecido.
Por norma general, un ataque de catalepsia puede llegar a durar tres días. Durante los cuales la persona en estado cataléptico parece estar muerta. Y tres días son tiempo suficiente para celebrar su velatorio y el enterramiento, y la persona podría ser enterrada y despertar ya dentro del ataúd.
Esto supone un grave peligro y antiguamente se habían dado casos. Por eso la medicina siempre ha intentado conocer más acerca de esta curiosa enfermedad.
Dificultad para certificar la muerte
Antiguamente, existía una gran dificultad para certificar realmente la defunción de una persona, ya que no existían medios para ello. Y esta dificultad de la medicina tradicional para certificar la muerte ocasionaba enterramientos de personas vivas, que despertaban sin remedio posible dentro de la tumba.
Afortunadamente, actualmente los avances tecnológicos han hecho casi imposible que se pueda enterrar a un individuo en estado cataléptico, ya que ahora mediante un electroencefalograma o un electrocardiograma es posible confirmar la muerte de la persona con total fiabilidad.
También existen unos protocolos de seguridad antes del enterramiento para asegurarse de la defunción por si los análisis forenses pudieran fallar, así que podéis estar tranquilos.
El certificado médico de defunción constituye junto con el parte médico, el oficio, la declaración, la tasación, la consulta y el informe, el elenco de los documentos médico-legales. Su misión es informar sobre el fallecimiento cierto de una persona. Por lo tanto es uno de los trabajos del médico.
Miedo a ser enterrado vivo
Gracias a la literatura gótica de mediados del siglo XIX, el temor a ser enterrado vivo se reavivó en la sociedad.
Edgar Allan Poe fue el máximo exponente de este tipo de literatura, y gracias al enorme éxito que tuvieron algunos de sus relatos en los que trataba este tema (Berenice, La caída de la casa de Usher) el pánico se extendió con más fuerza.
A finales del siglo XIX y principios del XX, entre 1870 y 1910 hubo un miedo generalizado a que esto pudiera ocurrir se crearon los llamados «ataúdes de seguridad» con campanas, banderas y espejos para llamar la atención por si la persona no había fallecido y despertaba en la tumba.
Ataúd de seguridad con campana. Autor fotografía: wildomarconnected.com
Si ocurría el caso en que la persona no estaba fallecida, al despertar sólo tenía que tirar de una cuerda y la campana sonaba. Y es de ahí de donde viene la expresión «Salvados por la campana«, ya que ¡gracias a la campana te salvabas!.
Uno de estos artilugios, patentado en 1868 por Franz Vester, de Nueva Jersey, estaba conectado con el exterior de la tumba mediante un tubo cuadrado. A través de él, una cuerda atada a la mano del difunto terminaba en una campana situada al aire libre.
Ataud Franz Vester. Autor fotografía: smithsonianmag.com
Ataúd de Seguridad con Bandera. Autor fotografía: slate.com
Aún existen en la actualidad
Actualmente en China aún existen ataúdes que cuando se entierra a un fallecido en la caja, éste dispone de un timbre que le conecta con el exterior en caso de que se despierte por sufrir catalepsia. En China deben usar la frase ¡salvados por el timbre!.
Si estas interesado en el origen de frases hechas lee nuestro artículo: El origen de la palabra asesino