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Si quieres conseguir tus metas no hables tanto de ellas

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¿Alguna vez te has propuesto conseguir algo, lo has proclamado a los cuatro vientos y sin embargo, ¿no lo has conseguido? Si quieres conseguir tus metas no hables tanto de ellas.

Seguro que conoces a alguien o incluso tú mismo, alguna vez has querido dejar de fumar, perder peso, apuntarte a algún curso, estudiar una carrera, etc. Tenías muy claro en tu mente que ibas a conseguirlo. De hecho, estabas tan seguro que se lo contabas a todo el mundo. Y de repente, cuando llega el día de poner en marcha tus objetivos, no eres capaz de cumplir aquello que te habías propuesto.

Entonces, te preguntas, ¿qué ha ocurrido? ¿tiene algo que ver el destino con todo esto? o es que quizás, ¿haber hablado de tus objetivos ha hecho que éstos no se cumplan? Existe una razón científica que explica este misterioso suceso.

¿Realidad o ficción?

El cerebro humano tiene algunos fallos, uno de los más estudiados, es que a veces se equivoca y no sabe distinguir entre realidad o ficción. Por este motivo, cuando vemos una película y nos muestran una escena que nos hace sentirnos tristes, a veces hasta lloramos, incluso sabiendo que esa situación no es real.

Algo similar ocurre con nuestros propósitos. Cuando nos proponemos algo y lo explicamos en voz alta de forma prolongada y enfática, nuestro cerebro confunde las palabras con el acto en sí.

En realidad, se trata de una ilusión todavía no materializada y para que ésta exista, se requiere de una previa motivación. No obstante, cuando hablamos mucho de un objetivo concreto, el cerebro cree haber logrado esa meta. Es como si estuviéramos disfrutando de la recompensa que todavía no hemos recibido, aún así, el cebrero lo percibe como algo real.

Entonces, ¿nunca debo hablar de mis metas con nadie?

Si quieres alcanzar tus sueños no deberías comentarlos con nadie. Puedes escribirlos en un papel o pensar en ellos pero en silencio, sin compartirlos con otras personas.

El motivo principal por el cual no debes hablar de tus objetivos es que de esta forma, los tratarás como una realidad, y no como una proyección de futuro, con lo que las probabilidades de que se cumplan, aumentarán de forma considerable.

Si no puedes resistir la tentación de guardártelo para ti mismo, sigue estas recomendaciones:

La fuerza de voluntad

Seguramente habrás pensado muchas veces que existen personas con fuerza de voluntad y otras que no la tienen. Lo que quizás no sabías es que la fuerza de voluntad puede entrenarse a través de claves sencillas que si las conviertes en hábitos, pueden cambiarte la vida. A continuación te damos algunas pautas:

Propósitos claros de autocontrol: En ocasiones ponemos en duda nuestras capacidades de autocontrol, ya que desconocemos cuáles son nuestros propios límites. Así que, cada vez que te marques un reto, formúlalo de la manera más clara posible, evitando ser ambiguo.

Presta atención y registra tus objetivos: Para que una meta se cumpla, es imprescindible dirigir toda nuestra atención hacia la tarea que estamos realizando. Para ello, registrar nuestros objetivos nos ayudará a centrar la atención y a lograr nuestros propósitos. Un ejemplo claro es el de los diabéticos, que deben seguir una dieta estricta y anotar sus niveles de glucemia para de este modo, administrar las dosis adecuadas de insulina y conseguir así, una buena hemoglobina glicada.

Busca ayuda externa: Pedir a alguien que te ayude en tus propósitos es muy recomendable. Por ejemplo, si te has propuesto ir al gimnasio 3 veces por semana, apúntate con alguien que vaya contigo. De este modo, el proceso no será tan duro y no te sentirás solo.

Cuida tu salud: La fuerza de voluntad requiere que estemos activos y enérgicos. Por este motivo, es fundamental que cuides tu alimentación, hagas deporte y duermas las horas adecuadas.

Dale un descanso a tu voluntad: De vez en cuando, es necesario que no te tomes al pie de la letra todo lo que te has propuesto. En las dietas estrictas, por ejemplo, existe un «día trampa» en el que se le permite a la persona que está perdiendo peso, comer lo que quiera un día a la semana, dentro de las cantidades establecidas.

Busca una motivación: Tener una motivación específica es fundamental, ya que la fuerza de voluntad hace que sintamos mucha presión y muchas veces, es muy difícil mantenerse recto. Por eso, nunca debes olvidar la motivación que te ha llevado hasta aquí. De este modo, el proceso te resultará mucho más fácil.

Rompe con la rutina: A veces, es necesario, cambiar de hábitos y hacer algo diferente a lo que normalmente haces. Si de vez en cuando lo haces, el poder de tu voluntad aumentará.

Permítete cometer errores: Todos los humanos comentemos errores, porque nadie es perfecto. Es muy importante no estancarte en la culpa si te equivocas durante el proceso. Saber perdonarte hará que tu motivación aumente y te comprometas más con tus metas.

Anticípate a los malos momentos: Tener fuerza de voluntad no es fácil y en ocasiones te invadirán pensamientos y sentimientos incómodos. Es importante que los identifiques antes de que ocurran, porque de este modo, los controlarás mejor.

Acepta tu doble personalidad: Cuando sacrificamos algo, solemos oscilar entre la parte racional que nos dice que estamos haciendo lo correcto y la parte impulsiva, que nos pide obtener un premio aquí y ahora, alejándonos de nuestros buenos hábitos. Si aprendes a distinguir entre estas dos situaciones, tendrás mayor controlar de tu parte impulsiva y lograrás frenarla a tiempo.

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